La Silla

Pero supongo que ahora mismo andáis un poco perdidos, sin entender muy bien a donde quiero llegar; pues tranquilos que enseguida os lo explico.
Dentro de poco, a primeros de diciembre, tendrá lugar la presentación de Día de perros, la tercera novela del escritor de suspense y terror, David Jasso. Allí estaré, si fuerza mayor no lo impide, y espero que me dedique un ejemplar al igual que pasó en las dos ocasiones anteriores. El caso es que sabéis que leo a cuenta gotas, y se me caía la cara de vergüenza presentarme allí sin haber leído alguno de sus libros, ¡más que nada porque somos amigos! Así que en vez de hacer una llamada anónima a la Guardia Civil alertando de un individuo sospechoso en la A 2 sentido Madrid, y que lo retengan el tiempo suficiente como para que suspendan la presentación, he decidido darme un atracón de Jasso y papearme su corta, pero interesante, bibliografía actual.

Muchos opinan que la verdadera forma de escribir algo creíble es habiéndolo experimentado con anterioridad. Estaréis conmigo que este axioma en el fantástico suele estar bastante complicado, pero el protagonista de La Silla, pese a tratarse de un escritor de novelas de terror, cree conveniente vivir la misma incómoda situación que padecerá la protagonista de su novela, y para ello recurrirá a un sencillo experimento con una simple silla.
Si se te cae una tostada, ten por seguro que ésta aterrizará por el lado que tiene la mantequilla; eso nos dice la famosa Ley de Murphy. Pues si algo puede salir mal, ten por seguro que así saldrá, y Daniel Lonces, el escritor de la novela de Jasso, sabrá muy bien a lo que me refiero pues lo sufrirá en primera persona. Si me atreviese a definir con un par de palabras lo que siente este personaje y su actitud durante dicha odisea, éstas serían desesperación e impotencia, lo mismo que se transmite al lector conforme avanza páginas; una incómoda situación que te hace ansiar el desenlace por la malsana curiosidad de saber como acabará todo. Sus últimas hojas te mantienen pegado al libro, y he de reconocer que me sorprendió gratamente algún que otro aspecto inesperado del final. Le daría un aprobado alto, pero confieso que hay un par de circunstancias en la novela que no me han acabado de convencer.
La primera ha sido echar en falta más diversidad de localizaciones en donde desarrollar la trama. Esto no se lo puedo achacar a David, comprendo que el hilo de la historia marca esta necesidad. Pero estoy acostumbrado a un mayor paisaje en cualquier libro que lea, y no he podido evitar echarlo en falta, lo siento.
La segunda circunstancia se refiere a un tramo, el segundo cuarto más o menos, que me ha parecido un poco tierra de nadie, en el que se prevé lo que va a pasar y en el que no ocurren cosas significativas; como siempre desde mi modesto e inexperto punto de vista.
Pero no quiero que os lleve a error esto último que he dicho. La historia te hace partícipe por lo real e increíble de la situación, y prueba de ello es que acabé de leer el libro a las dos de la madrugada cuando al día siguiente me tenía que levantar a las seis para ir a trabajar, y precisamente no soy de los que padecen insomnio; si eso no es enganchar…
En definitiva, creo que se trata de una primera novela modesta pero efectiva, y que cualquiera que bucee por sus páginas pasará buenos momentos si te gusta tener el corazoncito en vilo.
Cazador de mentiras es más voluminoso, una historia coral como el propio Jasso la ha definido en algunas entrevistas; con más personajes, diferentes situaciones. Cuando la acabe de leer volveré a dejaros aquí mis impresiones, pero hasta que llegue ese día, y por si os pica la curiosidad, os dejo con el booktrailer promocional de La Silla, en el cual podréis apreciar el agobio que las páginas de la novela transmite.
Espero que os sea interesante.
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