Prioridades
No soy especial, más bien normalito y del montón, con fuerte tendencia a la desidia y a la vaguería, lento generalmente y normalmente poco constante…, lo dicho, nada especial.
Puede que otros puedan y no me comprendan, otros seguramente me entiendan mejor de lo que pueda creer, pero es que últimamente no doy a basto con esas pequeñas cosas que tengo que hacer, algunas por obligación, otras por afición, y al final todo se resume en lo de siempre, marcarse unas prioridades y dejar algunas cosillas si no de lado, sí apartadas hasta que el desahogo llegue. Obviamente me estoy refiriendo al blog, señoras y señores, y es que me encantaría poder actualizarlo cada día, día sí día no, o incluso cada tres días; vamos, actualizarlo más a menudo de lo que lo hago. Pero esto va por rachas, y aunque tengo un par de posts escritos en el mismo cuaderno que ahora escribo éste, posiblemente se decoloren en él y acaben pasando al olvido, pues es raro que ya vean la luz en un futuro no muy lejano. Tengo pendiente concluir El monstruo de las mil caras, lo sé, pero como el blogger es así de caprichoso, que unas fotos te las sube sin problemas y otras son todo problemas para subirlas, me está obligando a recurrir al Apoyo al Desagüe. Esto conlleva preparar una página web con el extenso post, y para eso hace falta tiempo, tiempo que por otro lado ahora mismo me es escaso.
Prioridades.
Por ejemplo, no hace ni un par de horas me he acabado de leer el tercer libro consecutivo tras una larga sequía lectora, es más, tiene el valor añadido de tratarse de un libro histórico-biográfico; nada que ver con la ciencia ficción, el terror o la fantasía, temas que han ocupado mis lecturas desde no recuerdo cuando. Tras el Placeres prohibidos de la amiga Anita Blake, llegó el primer volumen de Paura, una antología bastante buena de terror contemporáneo; ahora le ha llegado el turno a Rasputin, Rusia entre Dios y el diablo. ¿Por qué este título? Bueno, a cada uno le da por una cosa, y yo, como de normalito tengo poco, me siento atraído por algunos hechos concretos de la Rusia del último siglo, y entre ellos se encuentra la caída de los zares previa al levantamiento bolchevique y el hombre que mucho tuvo que ver con aquellos hechos, nuestro amigo Rasputin. El otro día vi una peli sobre él, con Alan Rickman en su papel y como Zar Nicolás II a Ian Mckellen… Acto seguido cogí uno de los libros dedicados a este personaje que tengo y que aún no había leído y con fruición insana lo he devorado en tres días (casi un record para lo acostumbrado en mí).
Prioridades.
Pero el libro se ha acabado, y aunque siento el gusanillo de la lectura y me apetece coger otro título con rapidez, no sea que se me pase el mono y me de un nuevo bajón lector, ahora toca hacer otras cosas, algunas sin importancia, otras más tediosas; algunas porque me apetecen y otras por pura obligación. Una larga lista que se encabezaba con el aviso de este pequeño parón, no será muy largo, no temáis; calculo que para la semana después de Navidad (que no de navidades) vuelva a daros la lata y ésta sea con el prometido post de los disfraces.
Hasta entonces entraré furtivamente en vuestros blogs, leeré algunos comentarios que dejéis en el mío, y si el tiempo lo permite dejaré yo alguno o lo contestaré, según sea el caso.
Hasta entonces desearos un feliz día de Navidad y de Nochebuena, esperando estar de vuelta para también desearos un feliz Año Nuevo y Nochevieja…
Hasta entonces, prioridades…