Un recurso en serie

Son las nueve y media de la noche, y tras un día asqueroso de trabajo y problemas te apetece relajarte un rato con tu serie preferida del momento. Has preparado el DVD grabador para añadir un nuevo episodio a la colección, y has sacado las pipas compradas en el Belros porque es lo que toca; palomitas en el cine, pipas frente a la tele. Prácticamente acaba de empezar, apenas te ha dado tiempo de echar las cáscaras de cuatro pipas en la bolsa, y ya se han muerto los protagonistas… Entonces es cuando se te escapa “Ah, es que es uno de esos, pues vaya”.
Y es que cualquier serie que raye lo fantástico cuenta en sus filas con un episodio que toque los bucles temporales, sea porque da juego o por escasez de ideas, pero ejemplos hay bastantes. ¿Qué no tienes muy claro a lo que me refiero?... ¿Otra vez? Porque sí, para ti es la primera vez que lees este post, pero yo sé que llevas varios días viviendo este mismo día sin darte cuenta, como si fuera el primero. Cuando llega la noche te acuestas y cuando te levantes es de nuevo hoy, sin recuerdos, sin consecuencias, y es que has caído en un bucle temporal que te hace vivir el mismo día una y otra vez, y así seguirás hasta que algo diferente te ocurra y puedas escapar de él.
Aficionado o no al fantástico, es muy probable que recordéis la célebre película Atrapado en el tiempo, aquella que nos hizo a todos conocido el concepto de Día de la marmota. Bill Murray daba vida a Phil Connors, un hombre del tiempo que como cada año es enviado a cubrir el festival del “Día de la Marmota”, la cual si sale de su madriguera significará que hará buen tiempo y por lo tanto habrá buenas cosechas, lo que enriquecerá al pueblo; en caso contrario, pues chungo. Pero la gracia de la peli radica en que Phil revive el mismo día una y otra vez, pues bien, ya tenemos argumento para futuras generaciones de series.

Empecemos con un clásico. Prácticamente a la par que la peli anterior se emitía en EEUU Causa y efecto, episodio de la quinta temporada de Star Trek La nueva generación. Obviamente la saga más conocida de la ciencia ficción televisiva no podía evitar caer en la tentación de dedicar un capítulo a este recurso, así que la tripulación de la Enterprise desarrolla su actividad de un día normal hasta que poco a poco se van dando cuenta de que lo que está ocurriendo ya lo han vivido: una fuerte explosión en la salida de una distorsión espacio temporal les arroja por una espiral al inicio de ésta. Pero, ¿qué provoca tal explosión? El choque de la Enterprise con otra nave de la Federación atrapada en dicha distorsión desde hace ochenta años. Pocas son las veces que se puede ver la destrucción de un Enterprise en toda la saga, pero en este episodio ocurre unas cuantas.

La conocida Expediente X tampoco quiere desaprovechar este recurso y en su sexta temporada nos dice como no se debe de empezar una semana en Lunes. Fox Mulder no tiene un buen día; el despertador no le suena porque se ha estropeado ya que su colchón de agua se ha roto y cala a su vecina además de llegar tarde a la agencia. Para mal de males tiene que pagar a su casero, así que antes de incorporarse a la reunión más larga de la historia del FBI decide acercarse al banco a sacar dinero (¿Es que los americanos no domicilian los pagos?). A la par que ocurre esto un hombre decide que ya es hora de cambiar las cosas e intenta robar el mismo banco. Sobra decir que todo acaba como el Rosario de la Aurora, pero el destino, no se sabe muy bien por qué, se alía con los buenos y repite el día: sólo una chica, la novia del atracador, se da cuenta de lo que pasa, así que día tras día intenta evitar que se produzca la tragedia. Éste es uno de los pocos casos en que desconoces el por qué ocurre el bucle temporal, pero claro, se trata de un Expediente X.
La elegida, la cazadora que lucha contra toda clase de vampiros y bicho viviente que amenace la paz de Sunnydale, Buffy Cazavampiros, tampoco escapa al hechizo de este recurso. Y no es simple palabrería. En El serial de tu vida, episodio de la sexta temporada, la respuesta de Buffy a distintas pruebas es estudiada por tres amagos de malignos-apodera-Sunnydale pues la ven como el único impedimento para lograr sus maliciosos planes. Una de esas pruebas es someterla a un hechizo de bucle temporal el cual no se romperá mientras… no satisfaga a una clienta de la tienda de magia de Giles. Algo aparentemente sencillo se complica cuando la clienta exige una mano de momia viva y ésta, como quien no quiere la cosa, no se deja “entregar”. A esto hay que aclarar que, aunque muchos piensen que Buffy es tontita, en este episodio aún lo es más; son las consecuencias temporales de volver de la muerte recientemente.

A una serie que se llama Sobrenatural no le podía faltar un episodio de bucle temporal. Sam y Dean son dos hermanos que siguiendo los pasos de su padre se dedican a acabar con todo lo sobrenatural que amenace nuestras vidas. Este hecho ha llevado a Dean a hacer un pacto con el Diablo y a entregarle su alma en un año (coincidiendo esta fecha con el final de la tercera temporada), para lo cual debe entonces morir. Durante toda la temporada buscan desesperadamente la forma de deshacer tal acuerdo (infructuosa búsqueda al menos de momento), y el hecho de la cercana muerte de su hermano obsesiona a Sam, pues Dean se ve metido en tal problema por su culpa. En Punto misterioso, un dios bromista que ya se las había visto con los hermanos Winchester se venga de ellos a la vez que pretende enseñarle una valiosa lección a Sam. Un episodio con un buen rato de humor negro, altamente recomendado para seguidores de la serie; yo me reí mucho, lo confieso.

Entendemos por ciencia ficción futuro: naves espaciales, planetas misteriosos, alienígenas de Marte, robots… Pero la ciencia ficción puede estar más cerca que todo eso, y si hay una serie que dé verdadero sentido a esas dos palabras, la ciencia que no existe, esa en Eureka. Eureka, una ciudad oculta en el corazón de EEUU, un lugar donde la ciencia más avanzada y experimental tiene cabida, un lugar lleno de genios y de premios Novel, y un lugar donde sólo una persona parece ser el más sensato de entre todos los cerebritos que allí viven y trabajan, el sheriff Carter. En un lugar así, que un experimento se vaya de las manos está al orden del día, y si éste se encuentra relacionado con el eje temporal ya tenemos servido el bucle que buscamos y del que sólo el sheriff es consciente. Yo repito, un episodio donde queda bien explicado el por qué de tal anomalía y de que Carter sea el único en enterarse. Eso sí, el episodio acaba con la traumática desaparición de uno de los principales personajes de la serie… Jugar con el tiempo es lo que tiene.
Para los que no lo sepan, una Space Opera se puede resumir como la clásica aventura de ciencia ficción, donde existen unos héroes que viven sus andanzas viajando entre distintos mundos, en escenarios donde predominan los viajes estelares, los magnos imperios que abarcan infinidad de planetas y las grandes confrontaciones entre estos y sus enemigos. Pues bien, casi parece la descripción de esa desconocida pero entretenida serie llamada Andrómeda; y por supuesto, el recurso del bucle tampoco podía faltar en ella. En su quinta y última temporada, el capitán de la Andrómeda, Dylan Hunt, y el resto de su tripulación, quedan atrapados en un planeta del que no pueden salir (el empeño de algunos hizo ampliar una temporada más la serie, pero el bajo presupuesto se reflejó en ella claramente). En Cuando da vueltas… aparece Selene, una matemática cuántica de la antigua Mancomunidad de Planetas (algo así como un Imperio, pero se supone que en buenos) que dice llevar trescientos años atrapada en un bucle temporal (el record de momento) y que al reconocer a Dylan Hunt ve en él la única posibilidad de romper el bucle en el que se encuentra inmersa. Débil y agotada por los años, la tripulación la ayudará pues en la clave para romper dicho bucle encontrarán valiosa información para escapar del planeta.

El último caso que se me ha dado de bucle temporal viene de la mano de Blood Ties, hijos de la noche. Vicki Nelson es una expolicía que ahora ejerce de detective privado. En un extraño caso conoce a Henry Fitzroy, un vampiro dibujante de “novelas gráficas” y descendiente del mismísimo Enrique VIII que por propio interés le ayuda; resuelven el caso pero ella queda marcada por un demonio, Asteroth, que piensa que ahora le pertenece y no parará hasta conseguirla. Pues bien, esas marcas actúan como imán sobre todos los casos extraños que ocurren en la ciudad, y junto a Henry y Mike Celluci (antiguo compañero en la policía) resolverán mejor que peor, y en la medida de lo posible, todos ellos. ¿He dicho que atrae los casos extraños? En 5:55 la famosa Caja de Pandora es abierta tantas veces que hasta el bucle se acaba mareando. No abrirla será la forma de romperlo, pero el problema es que ningún humano es capaz de resistirse a abrirla. Al igual que en Expediente X, aquí tampoco queda explicado por qué se repite el tiempo… Claro, si no se repite nos vamos todos al garete.

Seguro que alguna serie se me escapa, pero mejor así, si no este post acabaría por no ser leído dada su longitud; de todas maneras creo que queda totalmente demostrado el uso de tal recurso. Tampoco he metido en el saco series cuya trama implícita se basa en bucles temporales, entiéndase casos como True Calling o Day Break.
De todas maneras, aunque se trate de un recurso al que se acude cuando las ideas escasean, no quiere decir que el resultado sea insatisfactorio, ya que cada uno le da su giro particular y acaba resolviendo el episodio con más o menos acierto.
Bien, ahora, para prolongar más si cabe este post, os dejo un montaje que he realizado con algunos de los episodios que aquí he comentado (una imagen vale más que mil palabras), dura nueve minutitos, pero os aseguro que pese a lo repetitivo no se hace nada, nada pesado. Además, hacia el final está lo mejor, así que no seáis perezosos y disfrutad con estos bucles temporales.

Día de chuchos

El muy pasado ya 23 de enero se presentaron en la librería Estudio en Escarlata de Madrid dos libros que tenía bastantes ganas de leer, Día de perros y Bebés jugando con cuchillos; el primero de David Jasso y el segundo de Santiago Eximeno. Allí estuvimos, en una presentación conjunta donde pudimos charlar con amigos que son difíciles de ver, entre ellos los propios autores. También, obviamente, pudimos ampliar nuestra biblioteca particular con estos dos títulos, y en mi caso con otro más, Circo de los Malditos, el tercer título de Anita Blake Cazavampiros y del que me temo no os vais a librar de mi comentario. Leído están los tres (he tardado más en escribir los post que en papeármelos) y aun a riesgo de parecer algo monotemático dado todo lo que últimamente aparece por El Desagüe de este señor, hoy voy a comentaros Día de perros; simplemente por seguir el mismo orden de lectura.

Del estilo de David Jasso ya he hablado con anterioridad, un terror muy de andar por casa, de situaciones cotidianas que acaban torciéndose desencadenando un verdadero suplicio para sus protagonistas, de como algo casi inimaginable tiene cabida dentro de una realidad tan absoluta. En La Silla nos presentó a un escritor que para reflejar como se sentía el personaje de su obra cuando era atado a una silla, él hacía lo propio sin esperar la debacle que iba a sufrir su vida en tan inocente experiencia. En Cazador de mentiras su estilo sufre un ligero cambio de registro al notarse la mano de Eximeno, pero no dejan de ser situaciones que bien pueden darse hoy en día que acaban en tragedia; eso sí, en este caso posee el toque sobrenatural de que el Hombre del Saco es el protagonista.
Con su tercera novela David vuelve a lo que más le va, la situación que se les va de las manos a sus protagonistas. Unos chavales, de comportamiento no precisamente ideal pero en absoluto delincuentes, que un caluroso día de verano cometen la gamberrada de “extraviar” a un perro del parque para luego cobrar la segura recompensa que sus dueños ofrecerán a quien lo encuentre. Una travesura que se empieza a complicar y que en las pocas horas en que se desarrolla la trama todo les va empujando hacia un inesperado desenlace.

Hay que alabar a David Jasso porque con una situación tan “normal” ha sabido aplicarle su buen hacer y dotarle de cierta emoción, algo parecido a lo que ocurriera con La Silla. Pero al igual que con ésta, la aventura a mi gusto no da para mucho más, pasando de lo que pudiera ser una aventura de intriga a una novela social donde se refleja tanto el sentir como el comportamiento de sus jóvenes protagonistas. Por ello quien la lea que no espere lo que encontró en Cazador de mentiras, ni siquiera en La Silla, pues es un registro más bien diferente que entiendo no acaba de cuadrar en el género de terror, aunque tampoco creo que David pretendiera tal cosa.
Por otro lado es tan dinámica y de tan rápida lectura que no se hace para nada pesada (al lenguaje coloquial carente de florituras hay que sumarle una edición con un tamaño idóneo de letra). Así que otra cosa no será, pero teniendo en cuenta el contacto que tiene David con la gente joven (trabaja con ellos en talleres creativos y literarios) y lo bien que se le da utilizar la trama para crear tensión, si deseas saber cómo será la juventud dentro de un par de años y no te gusta pasar miedo leyendo, este es tu libro.
Para mí, que me va más lo sobrenatural y la casquería, me sigo quedando con Cazador de mentiras de los tres que ha publicado hasta ahora. Pero esto no ha hecho mas que empezar, y estoy seguro que David Jasso ya está haciendo girar los correosos engranajes de su cerebro buscando la manera de sorprendernos y acojonarnos en su futura novela.