domingo, junio 07, 2009

Trastos y más trastos

Este año no pudo ser, el ganador de la cuarta edición de la Bajada de Trastos Locos de Aranjuez fue otro, en concreto el burro de Juan Luis. Y no es que el amigo sea un tanto asno, pero es que el trasto “El tío de la vara” se alzó hasta el primer puesto del cajón, arrebatándome así el título de vigente campeón… Snif, ya sólo soy un recuerdo… Pero qué es eso de empezar por el final, habrase visto semejante desconsideración hacia el resto de participantes; nada, nada, rebobinemos un par de horas y hagamos las cosas bien hechas.
Este simpático burro es el asno del tío de la vara

Este año no pudo ser… Ummm, aunque esto me suena de hace poco creo que no van por ahí los tiros. Como consecuencia directa de los problemillas hospitalarios a los que nos hemos enfrentado últimamente (que ya están solucionados y que sigan así), esta vez no me parecía adecuado montar el Cristo (con perdón de la expresión) que monto en casa cuando participo en estos eventos. Así que lleno de resignación y con muchas ganas de pasar un buen rato y de saludar a algunos amiguetes, nos presentamos en Aranjuez hace un par de domingos, bien tempranito para aprovechar al máximo la fiestecilla; porque la bajada no es otra cosa que alegría, pasarlo bien y disfrutar con los amigos, es decir, una fiesta.
Prácticamente hasta la hora prevista de empiece el ambiente estuvo bastante frío. La gente no suele madrugar si estás en fiestas y el temor a que el interés decreciera se hacía patente en los organizadores, la Asociación Cultural Piratas del Tajo, y más concretamente en su presidente, Antonio Castillo. Tensa expectación y una espera que al final dio su fruto, pues el público no quiso saltarse esta cita y acabó abarrotando los laterales del camino previsto para la bajada ¡Y es que quién puede resistirse a unos trastos tan alocados como estos!
Trece trastos fueron los que bajaron esa mañana, dos de ellos fuera de concurso pero con el mismo ánimo de agradar al personal con sus cachivaches. Tuvieron que hacer frente a una chicanne, una novedad en esta edición propiciada por la necesidad de solventar un paso elevado, y por qué no, dar un poco de emoción extra al evento; recuerdo aquí que en la bajada de Aranjuez no prima la velocidad, sino más bien la originalidad del diseño, el acabado final y la interacción con el público.
La chicanne puede no parecer gran cosa, pero era suficiente para poner nerviosos a los participntes
Tuvimos de todo, desde una galera original de hace cuarenta años (para los jóvenes deciros que se trata de una plataforma de madera, con ruedas y muy poca seguridad que mucho niños utilizaban para tirarse cuesta abajo y poner de los nervios a sus padres), hasta un toro de Osborne con tres revolucionadas vacas de ubres al descubierto y dispuestas a cualquier cosa. Como en cada edición aparece un clásico, los Simpson, y algo poco visto, aunque muy habitual, que es un accidentado laboral recuperándose a base de jamoncito serrano y coca-cola como suero. Una gran calabaza de Halloween, un simpático grupo de mineros, un coche Mitsubishi, un indio en canoa, un veloz Ferrari antiguo y hasta a una Sor Citroen pudimos ver. Algunos tan extraño como “El pájaro azul”, y otros con toque reivindicativos como “¡Qué asco de Mundo por la guerra!” o el propio “El tío de la vara”.
El tirón de orejas está claro para quien va dirigido, ¿no?
Y es que en definitiva no es más que echarle imaginación, divertirse haciendo tu propio trasto y pasarlo bien participando, y si toca algún premio, que prácticamente todos se llevan algo, pues bienvenido sea. Pero no penséis que quienes participan buscan precisamente eso último, pues el calor del público, sus risas, sus aplausos… Ese recuerdo, y el que en ellos queda, es el mejor pago para estos locos participantes.
Aquí os los dejo, en su pequeño momento de gloria. Espero que esto os provoque tal curiosidad y excitación como para apuntaros a futuras ediciones… Tranquilos, me refiero a ir a verlos, ya que para participar comprendo que no todos valen pues hay que estar un poco majareta, algo así como el que suscribe.
Fuera de concurso, "Juegos de mi infancia" recuerda a muchos como los chavales mataban las tardes hace cuarenta años... ¡Lo peor es que yo me acuerdo!

También fuera de concurso (o eso creo), "Accidente laboral"... Con dos cojones y una pata escayolá
"Sor Citroen", ¿quién no recuerda a Gracita Morales en este carismático personaje? ¡¡TANTOS!! Dios, qué viejo soy

"Los señores Simpson", estos conocidos personajes quedaron en 8º lugar
"Indio en paro busca Tajo", o el indio Juanito, como lo bautizó el Speaker del evento. Pese a lo pequeño de la canoa pilló una buena velocidad, pero quedó el 9º

"Pájaro azul"... No es un pájaro, no es un avión, es un tobogán que lo lanzó al 7º puesto


"El tío de la vara", interactuar con el público da puntos, y si además el burro echa un par de buenas meadas, más. Aquí vemos al Speaker haciendole un par de preguntitas a Juan Luis; aún desconocía que iba a ganar la bajada de este año.

"Made in Spain", aquí un toro de Osborne, aquí unas alocadas amigas.
"Mitsubishi loco", un coche veloz que no pudo pasar del 10º puesto.

"Del 57", esta réplica de un Ferrari de carreras antiguo era de los que mejor acabado tenía, eso le llevó al 4º lugar
"3Minereitor", la vagoneta les llevó hasta un agradable 5º lugar... Hay que cuidarlos, ellos son los futuros locos de estos trastos.
"Halloween" (o eso creo pues no lo entendí del todo bien). A esta calabaza le dieron calabazas... Fue el farolillo rojo.

Un loco "Chichas" me sorprendió con este curioso trasto "¡Qué asco de Mundo por la guerra!"; el 6º puesto fue para él.
"Sor Citroen" triunfó tanto como la película en su día, y quedó en un notable tercer puesto.


Se ve que las tres vacas triunfaron con el toro, una buena corná de éste les llevó hasta el segundo premio.
"El tío de la vara" en el cajón más elevado, ¡enhorabuena Juan Luis! Muchos de los participantes alrededor del podio, y es que al final, como ya he dicho, aquí todos ganan, queden en el puesto que queden.

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miércoles, junio 03, 2009

Star Trek 09

Cartel de la nueva película de la saga
Ante todo debo advertir al despistado lector de este blog que si está interesado en ir a ver la última película de Star Trek puede hacer dos cosas: seguir leyendo si no le importa ser espoileado como los pobres espartanos de la peli 300 por afiladas saetas, o dejar de leer porque prefiere que no se la revienten por los cuatro costados. Lo que viene a continuación no pretende ser una reseña de la peli, sino más una pequeña reflexión de alguien que la ha visto ilusionado y que le ha echado algo en falta; ¿será la propia esencia del espíritu que impregna la saga? Puede.
Está claro que J.J.Abrams ha firmado una película espectacular, donde la acción se siente en cada fotograma y los efectos especiales hacen un impresionante complemento de la historia. Puede que me esté haciendo viejo, pero en mi contabilidad particular cada vez ganan más enteros las pelis con diálogos y una buena trama, decayendo aquellas que los protagonistas son las explosiones, los tiros, los puñetazos y el corre corre que te pillo. Pero no os confundáis, la nueva Star Trek, pese a sus grandes dosis de acción, tiene su trama; un guión estudiado para justificar todas las licencias tomadas y que a más de un trekki nos ha puesto de los nervios.
En un juego de prestidigitación sin precedente ha hecho que el malo de turno, Nero (un Eric Bana tan poco expresivo como humano), cambió la historia veinticinco años antes de los sucesos de la peli, ¡así cualquiera! Da igual lo que no sea fiel a la historia y que no puedas arreglar al final, porque la realidad ha cambiado para vivir otra alternativa continuación de la primera, con sus propios protagonistas y sus diferentes destinos. Es un error de peso creer que nos encontramos ante una precuela estilo Star Wars, pues simplemente es una continuación que se desarrolla en los tiempos de la academia gracias a la maravillosa tecnología romulana (tan sólo comparable a su cerveza) y sus saltos en el tiempo.
Imágenes impresionantes de batallas espaciales están más que aseguradas
James Tiberius Kirk, James T. Kirk para los amigos. Su padre, capitán de la Flota Estelar, le inculca desde pequeño el amor hacia ésta, hacia la exploración espacial y al mantenimiento de la paz en el universo; con estas premisas se alista en la Flota. Aplicado y formal, se esfuerza para ser el mejor, y poco a poco surge su arrojo, su picaresca y esa actitud rebelde que le hace ser un poco inconsciente; todo lo necesario para llegar a ser capitán de la nave insignia de la Flota Estelar, la Enterprise.
Pero eso ocurrió en otros tiempos y en otra realidad.
En esta nueva versión, Nero se encarga de que Kirk crezca sin padre. Se trata simplemente de un pequeño daño colateral (no va a por él, simplemente está ahí), pero esto hace que la falta de la figura paterna se refleje en el carácter rebelde, gamberro y transgresor que muestra desde su más tierna infancia; la Flota le importa un comino, pero a instancias del capitán Christopher Pike se alista más como un desafío personal que por otra cosa.
El malo maloso de turno, Nero (Eric Bana)
Por otro lado, el vulcaniano más carismático de la saga también sale algo rebelde. Siempre inteligente, desafía su destino para llegar a comandante de la Flota Estelar. También imparte clases a los nuevos cadetes, y entre ellos se encuentra una aventajada aspirante que no sólo interesada en las clases, sino también en el profesor, Uhura… ¡Spock se lía con Uhura! ¡Toma licencia guionística! ¿Acaso huyendo del chico malo que es Kirk acaba encontrando cobijo en los brazos de un joven y temperamental Spock? Puede.
¿He comentado que estamos viviendo una realidad alternativa, no? Lo digo porque es la única forma de entender que Vulcano implosione en un Agujero Negro y que la madre humana de Spock, tan importante a lo largo de series y películas, muera en su intento de rescate. Vamos, que si yo estoy destripando la película (os lo advertí, haber dejado de leer), J.J.Abrams se ha pasado por los mismísimos la filosofía y la historia trekki.
A partir de aquí lo que se quiera.
Como peli independiente de ciencia ficción está bastante bien, pero no es Star Trek. Filosofías a parte, Star Trek son sus personajes. Y sí, están bien retratados, pero el actor que se encuentra bajo su piel es lo irreconocible. Cualquier película de la saga se ha realizado después de que sus protagonistas participasen en la serie, un fuerte cimiento que ha hecho que la gente se encariñe con ellos, se preocupe de lo que les pasa, sufran con ellos, rían con ellos…, se emocionen al fin y al cabo. Pero aunque hayan interpretado correctamente a sus personajes, este elenco de actores sacados de la chistera es poco reconocible a nivel emocional, se pierde esa asociación, esa empatía, devaluando tanto su esfuerzo como el del resto del equipo que ha hecho posible esta película. He visto una peli chula de acción en el espacio, pero no he reconocido Star Trek.
La nueva tripulación al completo: Chekov, Kirk, Scotty, McCoy, Sulu y Uhura
Harán falta algunas entregas más para que asociemos de manera emocional a estos actores con su papel, para que nos encariñemos con ellos como lo hemos hecho de otros tantos antes, y entonces será cuando empecemos a aceptar los cambios de la saga, y aceptemos un nuevo universo con unos jóvenes Kirk, Spock, McCoy, Uhura, Chekov, Scotty y Sulu a los mandos de la Enterprise NCC-1701. Hasta entonces sólo me queda una cosa por decir…
Larga y próspera vida.


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