martes, octubre 28, 2008

El relicario

Es lo que tenía aquella iglesia, su aspecto desde siempre había sido distinto a las demás. Sucia y oscura por fuera, siempre en penumbras por dentro, sin el calor que proporcionan los feligreses resultaba un ambiente frío, carente de vida, una sensación de abandono que parecía ignorar la misa de las ocho que día a día ofrendaba el padre Tobías, único morador en aquél lugar.
Entró con sigilo, el olor a cerrado, a madera rancia, golpeó con fuerza su nariz. Había ido de madrugada para evitar encontrarse con el sacerdote, aunque de ocurrir no representaría un gran problema. Sabía de oídas que pese a su apariencia, aquella iglesia escondía riquezas en forma de imágenes e iconos religiosos; si se hacía con una, podría sacar un buen dinero vendiéndola lejos del pueblo. Observó las figuras, pese a lo oído no había mucho donde elegir y acabó decidiéndose por una de la Virgen María, una cerámica de casi un metro de alta cuyos dorados lucían con brillo propio en aquella oscuridad. Calculó mal, pesaba más de lo que esperaba y una pérdida de equilibrio la hizo añicos contra el suelo. Maldijo su suerte, pese a lo aparatoso del golpe no hubo excesivo ruido, pero convendría dejar aquel lugar lo antes posible.
El brillo de un pequeño recipiente entre los restos de piedra y arcilla seca llamó su atención, lo cogió, y en su interior vio un anillo dorado; después de todo sacaría unos buenos dineros. Lanzó el recipiente con fuerza al suelo con intención de liberar aquel tesoro ocultado durante años, puede que generaciones enteras; en cualquier caso claramente antiguo y por lo tanto valioso. Encajó a la perfección en su dedo, genial, ahora tocaba darse prisa, puede que el padre Tobías no tardase en llegar tras aquel alboroto. Intentó dar un paso pero no pudo, una fuerza sobrehumana le estaba paralizando el cuerpo. Vio como el dorado del anillo empezó a licuarse a lo largo de su rígida mano, se asustó, intentó mover la otra pero tampoco pudo; había perdido el control de su cuerpo. El anillo acabó desapareciendo por completo y el dorado, absorbido a través de su piel, se abrió hueco por su interior en una dolorosa sensación de desgarro. Sólo pudo gesticular una mueca de lamento antes de perder la consciencia.
El padre Tobías negó con la cabeza lamentando lo ocurrido, aquella figura de la Virgen había sido siempre una de sus favoritas, pero por más que lo intentaba no podía combatir las tentaciones de los demás. Lo bueno de aquel asunto, es que siempre había necesitado un Cristo nuevo que presidiese el altar.

Micro mini cuentos anteriores:

Yo me intento bajar en la próxima, ¿y usted?
El buen escritor
Combustión espontánea
Con vistas al lago
Los buenos ilusionistas se cuentan con los dedos de una mano

Etiquetas:

3 Comentarios:

At 28 octubre, 2008 10:31, Blogger J. dijo...

mola!!

estos últimos relatos me están conquistando.

ya me descargué un relato de la página que me dijiste pero no me ha dado tiempo a leerlo..

lo que mola es pensar que una antigua ladrona ya había intentado robar el anillo..quizás alguna vecina del pueblo, que desapareció sin dejar rastro..

+!!

 
At 28 octubre, 2008 13:44, Blogger Montse Rius dijo...

He empezado con el de hoy y...me ha gustado! se lee ràpido y bien y me ha sorpendido el tema: con la Iglesia hemos topado! no es un tema que tú trabajes mucho, ehhhh.

Bueno, no quiero juzgar mas sin antes no leerme los otros. Ya te iré escribiendo comentarios a mendida que lo haga.

Besotes!

 
At 28 octubre, 2008 16:31, Blogger Orfideon dijo...

Ja, ja, ja, esa es la idea principal del relato, que todas las imágenes religiosas que adornaban la misteriosa iglesia fueron en su día personas "de malos hábitos", o quien sabe, puede que en un principio el cura de turno ofreciese a algún feligrés el anillo con el oculto objetivo de empezar a adornar la igesia. La verdadera gracia no es el proceso que se describe de "ornamentación", ¡es que el cura lo sabía y aún así se aprovechaba! Eso es lo más terrorífico del relato.
Los dos primeros relatos de la página pertenecieron al ciclo halloweeniano de hace un par de años (te darás cuenta por la longitud y porque son de terror), el resto es ciencia ficción, escritos en diferentes épocas y algunos más intensos que otros; espero que hayas elegido bien ;-) Un saludo muchacho.

¡Hooolaaaa Edén! Así que te has estrenado con El relicario, bueno, sé que tienes poco tiempo pero te picaré un poco diciendo que alguno de los anteriores han gustado y sorprendido bastante, así que ya te estás poniendo al día ;-)
Bueno, eso cuando puedas. Pero te recuerdo que al final del ciclo, al igual que el anterior, se harán las votaciones, y tú ya estás apuntada. Un besote.

 

Publicar un comentario

<< Home