El mito perdido
No hace mucho, y gracias al nuevo CaixaForum, hubo en Madrid una exposición al aire libre sobre la obra de Igor Mitoraj, un artista polaco que pese a serme desconocido en su totalidad me ha dejado bastante asombrado con su trabajo.
Y eso que a mí esto del arte contemporáneo no me acaba de gustar, pues algunas representaciones artísticas modernas me parecen una sublime tomadura de pelo. Puede que se deba a que no lo acabo de entender, que no comulgue con las inquietudes de estos artistas. Pero que me intenten convencer que un círculo hecho con piedras en el suelo es una maravillosa obra de arte es algo que me cuesta aceptar, más aun cuando la circunferencia está marcada disimuladamente en éste.
En esto no soy nada esnob y me tira más lo tradicional: realismo, impresionismo, surrealismo… Esto en pintura, que en escultura, como no entiendo, lo que me atrae son las estatuas de toda la vida, aquellas que sirven como ornamentos arquitectónicos, sean éstas de metal o de piedra; eso es lo que me suele gustar, pero el neoexpresionismo como que no me acaba de convencer.
Por todo ello, la visita que hicimos al CaixaForum no nos acabó de satisfacer, con colecciones demasiado modernas que nos recordaba a algunas secciones del Reina Sofía; creo que salvo alguna muestra puntual, tanto el uno como el otro ya nos han visto el pelo. Eso sí, para mi gusto acertaron de lleno con el reclamo para darse a conocer tras su inauguración: la colección El mito perdido del artista Igor Mitoraj.
Tras casi dos meses cerró sus puertas (es un decir, claro, pues se encontraba en pleno Paseo del Prado) el 13 de abril. Así que si a alguien le pica el gusanillo por la muestra tendrá que hacer algunos kilómetros y verla en otra ciudad; lo cual no es un mal motivo para hacer un poco de turismo.
La teoría dice que la componen veintidós esculturas de bronce; bueno, a mí me da alguna más, aunque lo mismo con tanto torso parecido me he acabado liando. Pero…, ¿por qué me han gustado tanto? Primero porque generalmente el bronce da muy bien en figuras o estatuas, lo que ocurre en este caso. También respeta el tradicionalismo en la figura humana manteniendo sus proporciones, algo que últimamente escasea un poco. Son grandes, magnas, como manda la tradición. Y el tema de la colección es importante, mezclando mitología con un toque personal de fantasía.
Y eso que a mí esto del arte contemporáneo no me acaba de gustar, pues algunas representaciones artísticas modernas me parecen una sublime tomadura de pelo. Puede que se deba a que no lo acabo de entender, que no comulgue con las inquietudes de estos artistas. Pero que me intenten convencer que un círculo hecho con piedras en el suelo es una maravillosa obra de arte es algo que me cuesta aceptar, más aun cuando la circunferencia está marcada disimuladamente en éste.
En esto no soy nada esnob y me tira más lo tradicional: realismo, impresionismo, surrealismo… Esto en pintura, que en escultura, como no entiendo, lo que me atrae son las estatuas de toda la vida, aquellas que sirven como ornamentos arquitectónicos, sean éstas de metal o de piedra; eso es lo que me suele gustar, pero el neoexpresionismo como que no me acaba de convencer.
Por todo ello, la visita que hicimos al CaixaForum no nos acabó de satisfacer, con colecciones demasiado modernas que nos recordaba a algunas secciones del Reina Sofía; creo que salvo alguna muestra puntual, tanto el uno como el otro ya nos han visto el pelo. Eso sí, para mi gusto acertaron de lleno con el reclamo para darse a conocer tras su inauguración: la colección El mito perdido del artista Igor Mitoraj.
Tras casi dos meses cerró sus puertas (es un decir, claro, pues se encontraba en pleno Paseo del Prado) el 13 de abril. Así que si a alguien le pica el gusanillo por la muestra tendrá que hacer algunos kilómetros y verla en otra ciudad; lo cual no es un mal motivo para hacer un poco de turismo.
La teoría dice que la componen veintidós esculturas de bronce; bueno, a mí me da alguna más, aunque lo mismo con tanto torso parecido me he acabado liando. Pero…, ¿por qué me han gustado tanto? Primero porque generalmente el bronce da muy bien en figuras o estatuas, lo que ocurre en este caso. También respeta el tradicionalismo en la figura humana manteniendo sus proporciones, algo que últimamente escasea un poco. Son grandes, magnas, como manda la tradición. Y el tema de la colección es importante, mezclando mitología con un toque personal de fantasía.
La pena es que en la tienda del CaixaForum no vendiesen réplicas en miniatura de tales maravillas, porque seguro que alguna me hubiese llevado a casa. Aun así hice bastantes fotos, tanto de las estatuas enteras como de algún detalle de éstas, por lo que si queréis tener una idea más detallada de lo que aquí digo podéis visitar sin coste alguno el Apoyo al Desagüe donde encontraréis una muestra de estas curiosas esculturas.
Etiquetas: Exposiciones
3 Comentarios:
Pensaba que al final no las veiamos, pero ¡¡¡sorpresaaaaaaaaaaaaa!!! las hemos visto, claro que porque nos pillaba de paso :S
Efectivamente, la exposición que dices era impresionante. Y el Caixa Fórum por fuera, que por dentro no lo conozco. Pero me parece la caña de la montaña...
Eso sí, volviendo a la exposición, a Javi y a mí se nos ocurría que si la hubieran "esparcido", no solo por el Pso. del Prado, sino por una ruta turística e interesante de Madrid, hubiera molado mucho más. Que proporcionasen mapas con todas las esculturas abandonadas por zonas concretas de Madrid, numeradas, para llevar un orden sobre todo en el itinerario... ¡qué emoción! ;-P
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Pues Pily, ya has leído a Sonia, la llegamos a ver por que nos pillaba de paso ¡Y eso que teníamos interés en ella! Si hubiesen hecho lo que decís hubiera sido mucho más curioso e interesante, pero creo que la habría visto mucha menos gente que de esta otra manera. Aun así hay otras muchas estatuas esparcidas por toda la ciudad que perfectamente se merecían un recorrido como el que indicas; no sé si existe, pero estaría bien.
Besos de bronce.
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