Eurovisión 2009

Tras varios años sin hacerle caso a esto del Festival de Eurovisión ahora resulta que llevo un par de años enganchado. Y es que reconozcámoslo, Eurovisión ha superado ese bache en el que ni Dios le hacía caso para convertirse en uno de los espectáculos musicales más impresionantes de los que uno puede disfrutar desde la tranquilidad del sillón de su casa. Nada tiene que ver con el de unos cuantos años atrás, el despliegue actual da vértigo, e independientemente de que las canciones sean de mejor o peor calidad y gusten más o menos (que en veinticinco representaciones suele haber de todo), hay que reconocer la magnitud del espectáculo que Eurovisión muestra una vez al año. Y esa vez fue la noche del sábado pasado.
Le tocó ejercer como país anfitrión a Rusia, y desde el Olimpiysky Arena de Moscú nos deleitó con el Cirque du Soleil (Circo del Sol para los de aquí) y una actuación que en algunos momentos llegábamos a dudar si se sostenían por cables o no, dejándonos, como siempre ocurre con esta gente, maravillados. Tras este arranque, comenzó el verdadero festival de canciones.

Todo va a gustos, eso está claro, y tras escuchar a los veinticinco participantes hicimos nuestra porra particular. España iba a ganar, eso lo teníamos claro aunque era más por corazón que por razonamiento. En segundo lugar iba a quedar Grecia, y acabando el podio, en un meritorio tercer puesto, Noruega. Independientemente de ello teníamos aquellas que más nos habían gustado y que esperábamos que quedasen en un buen puesto: Portugal (por simpática), Islandia, Azerbaijan y Alemania (con Dita von Teese dando el Do de pecho pero sin cantar). Bueno, nos equivocamos bastante en el orden, pero no así con los elegidos.
Algo que no había pasado nunca en Eurovisión era que un país llegase a los trescientos puntos, pues bien, con ¡Trescientos ochenta y siete! Sí, habéis leído bien, trescientos ochenta y siete puntos, ciento sesenta y nueve más que el segundo clasificado, Noruega ha hecho historia en Eurovisión al pulverizar todos los records, ¡Diecisiete doces nada menos que consiguió! Alexander Rybak, un joven que acaba de cumplir los veintitrés años en los ensayos del festival, fue el triunfador de la noche, y el tema compuesto por él mismo Fairytale la canción ganadora.

Segunda quedó Islandia, muy lejos de Noruega con sus doscientos dieciocho puntos. Yohanna cantó Is it true? Mientras un gélido decorado era surcado por delfines y un barco que bien podría haber sido fantasma, bien podría haber sido de hielo.

Con Always el dúo formado por AySel y Arash representaron a Azerbaijan, quedando en un estupendo tercer puesto. Entre nosotros, y ahora que nadie nos oye, la morenaza me recordaba un montón a la ucraniana que quedó segunda el año pasado, sí señor.

Bueno, ¿y qué pasa con nuestra Soraya? Salió guapísima, no estuvo nada mal, y pese a que su La noche es para mí era una canción bastante festivalera no llegó ni al jurado ni al público. Creo que de haberle tocado en cualquier edición anterior hubiese quedado entre los primeros, pero el cambio de sistema de puntuación y el nivel mostrado en esta edición la relegaron a un paupérrimo penúltimo puesto; Finlandia, con un punto menos, obtuvo el dudoso privilegio de quedar por debajo de nosotros. Qué queréis que os diga, creo que no se lo mereció, y menos teniendo en cuenta que el Chiquilicuatre consiguió el año pasado cincuenta y cinco puntos ¡Treinta y dos más que Soraya! Increíble.
Ánimo guapísima, que para los de aquí la noche realmente fue tuya.