Bruja Avería

Con lo felices que nos la gastábamos con eso de que nos habían arreglado la avería en la línea de teléfono en tan sólo una hora y cuarto… y ahora va y nos pasa esto.
Es cierto que la línea está arreglada, pues teléfono tenemos, pero Internet lo hemos tenido a ratos hasta que lo perdimos definitivamente ayer por la tarde. En realidad se trata de una pérdida de sincronismos, algo que desde la central pueden solucionar, o eso dicen, en un pis pas. El problema viene por el número administrativo.
Todas las actuaciones de telefónica llevan uno, y a través de él los del soporte técnico con los que hablas desesperado saben si la incidencia se ha dado por finalizada o, si por el contrario, aún se está actuando sobre ella. Pues sobre la nuestra aún lo están, y mientras no cierren la operación no hay quien se moleste en sincronizarte. Nos han pedido un poco de paciencia, algo que de momento no nos cuesta mucho concederles; no hace ni un día que estamos sin Internet en casa, hay cierto monillo, pero de momento soportable.
Eso sí, cuando el Destino se confabula contra el esparcimiento de uno, ya toca las narices.
Es cierto que nuestra tele, la buena, la grande del salón, la de 100 Hz, no nos ha salido muy bien que se diga, y en muy poco tiempo (comparándolo con la vida útil de un cacharro de estos) ha pasado ya por el taller y de vez en cuando se tira una semanita haciendo de las suyas: no enciende, y cuando lo hace te falla el sonido, no puedes cambiar el canal y otras muchas perrerías que no vienen a cuento. Es algo que aceptamos mientras no dispongamos de 1400 euros para una tele de plasma de 42”… ¡Pero es una faena que tanto Internet como la tele se vayan de rositas en la misma tarde!
Es fin, esperemos que se pase pronto la crisis, y oiga usted, no se ría, de la Bruja Avería… que luego pasa lo que pasa.