miércoles, noviembre 01, 2006

Angustia

Cuéntamelo otra vez…
Siempre es lo mismo…, un camino sin visibilidad, la ventisca de nieve, el hielo en la calzada… Mi coche resbala, no puedo controlarlo; no voy fuerte, pero es que hay tanto hielo. La inercia me lanza contra una valla, es de madera y poco puede hacer ante el impacto; un par de vueltas de campana y acabo en medio del lago. La superficie se agrieta bajo nuestro peso, me siento aturdido, pero no tanto como para saber que tengo que salir de ahí, que tengo que huir de aquella trampa mortal. Lo intento, pero la puerta está atascada, no puedo…, es entonces cuando finalmente el hielo cede y me hundo. El agua se filtra condenadamente rápida y llena el interior, tengo miedo, me falta el aire y no puedo salir. Noto como va aumentando la presión en el pecho, el sordo latir de mis sienes es ensordecedor, me orino, me convulsiono, siento dolor… Me veo obligado a abrir la boca pero en vez de aire es agua lo que invade mi interior, siento mucho dolor, es insoportable… Entonces es cuando me despierto empapado, afortunadamente sólo es sudor.
¿Sabes lo que vamos a hacer, verdad?
No me gusta la terapia, me da pánico, pero es él quien entiende; así perderé el miedo a morir ahogado, que todo está en mi cabeza. Me meto en la cápsula, el bañador me está algo pequeño, pero qué demonios, hace un siglo que no piso una piscina. Ha echado los cierres, ojalá no se atasquen. Cierro los ojos al notar el agua fría recorrer mi cuerpo…, no, definitivamente no me gusta nada esta terapia. Ha llegado el momento, ya no queda aire, aguanto la respiración, no hay vuelta atrás. Han pasado un par de minutos, quizá solo han sido segundos, pero a mí no me lo parece. Me empieza a faltar el aire ¡Joder, abre de una vez, maldito capullo! No aguanto más, me muevo incómodo ante la presión en mi pecho y el cada vez más acelerado latir de mis sienes, empujo la tapa, la condenada no se abre ¿Es que no ve que me ahogo? Mis pulmones se contraen dolorosamente buscando en vano un resquicio de aire, me orino encima, vuelvo a tragar agua, un error del que me doy cuenta en seguida, me entra el pánico…, más…, me estalla la cabeza, no puedo más… ¡No puedo más!… ¡No!… ¡No!
El buen doctor abrió la cápsula justo antes de que me ahogase ¡Coño, lo reconozco, el tío es bueno! Su terapia directa es efectiva, ya no tengo miedo a morir ahogado… Que sus pacientes se mueran por el miedo es el único inconveniente que le veo.

Micro relatos anteriores:

Una calabaza para Halloween
Mi refugio en la sierra
La psicofonía
Poético final
Temores nocturnos

Próximo micro relato:

J 2 Un perro sin culpa alguna

6 Comentarios:

At 01 noviembre, 2006 02:57, Anonymous Anónimo dijo...

No, si acaban antes con él. Fijo que yo le encierro en la capsula conmigo.

 
At 01 noviembre, 2006 12:46, Blogger escritor1 dijo...

Ya no diré que éste todavía es mejor que el otro. ¡Luego me replicarás que lo habías escrito antes.... en otra vida!
:-)

 
At 01 noviembre, 2006 21:57, Blogger Orfideon dijo...

Sonia, si metes al bueno del doctor contigo en la cápsula, lo único que consigues es ahogaros los dos; de esta forma al menos le puede reconcomer el remordimiento, vamos, si el tío tiene.

Number one, tranquilo que no te replico nada, puedes decir todo lo que te ha gustado y comerme la oreja hasta la saciedad... ¡Pero qué morrroooo que tengo!
Van ya seis, y como ves cada uno tiene un estilo diferente... más o menos. Sobre el de Poético final comentar que son las divagaciones de una que se acaba de morir atragantada por hablar mientras comía; sabiendo esto si lo lees ya le encuentras el sentido, aunque es más suave y con un irónico sentido del humor negro.

 
At 02 noviembre, 2006 16:54, Anonymous Anónimo dijo...

JUAS, JUAS, qué bueno, y, oye, qué agobio. En serio, has conseguido transmitir esa sensación de asfixia y terror de maravilla, chico.

Enhorabuena!!

 
At 02 noviembre, 2006 18:03, Blogger Montse Rius dijo...

Me ha gustado porque estoy con Pily b. transmites esa sensación de angustia a la perfección.

Solo hemos de pensar en las fobias de cada uno...si yo pienso en la mia en concreto y me imagino metida en una cápsula llena de....desde luego que me muero antes de curarme, eso sí me llevo por delante al querido doctor!!!

 
At 03 noviembre, 2006 09:21, Blogger Orfideon dijo...

Fobias, fobias, fobias... y un doctor incomprendido que intenta curarlas. Éste es quizá un pelín más largo que los anteriores, pero según lo escribía no podía acortarlo o, efectivamente, esa atmósfera que decís se ha creado no sería igual. Me alegro que os guste.

 

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