La odisea del Nautilitus (I)
Pues sí, todo lo que comienza tiene un final, y el de esta aventura, la del Nautilitus, llegó el pasado domingo con la conclusión del 27 Descenso Pirata del Tajo.
Que decir tiene que ha sido una experiencia enormemente gratificante, pero no quiero que esto lleve a una errónea imagen de todo lo que ha sido su proceso y su posterior conclusión, ha sido duro, rozando lo desastroso, y aunque para algunas cosas sea imposible buscar culpables, sin duda el único responsable de como ha salido todo soy yo. Puede que por muchos alocados proyectos en los que me meta nunca aprenda a organizarme, y si es cierto que de que el día anterior lloviese nadie tiene la culpa, que el despiezado Nautilitus yaciese en la anegada orilla del Tajo sólo la tengo yo y mi falta de previsión.
Pero antes de entrar en lo que pasó tanto el día del descenso como en su víspera, creo lógico explicar algo acerca de su construcción y de las condiciones en que se llegó al fin de semana.
Como todos sabéis, bien porque leísteis este blog y alguno de sus post anteriores, o bien porque accedisteis directamente a la página web, en mi afán de saciar esa inquietante necesidad de participar en algo que conlleve directamente al desbarajuste total y absoluto de nuestra casa, encontré la ocasión ideal en el descenso pirata; así lo anuncié y así lo he hecho, aplacando de esta manera tal necesidad. El Nautilitus del capitán Nemo, ese era mi reto, crear una barcaza con una simple plataforma de madera y unos bidones como único sistema de flotación que fuera reconocible como el mítico submarino de 20000 Leguas de Viaje Submarino; a simple vista un desafío no excesivamente complicado pero que pronto empezó a llenarse de dificultades. La primera de ellas surge cuando el salón de casa, temporalmente dispuesto como improvisado astillero, se queda demasiado pequeño para los seis metros de barcaza. A esto le sumamos que su construcción completa debía basarse en el ensamblaje de distintas piezas con el fin de poder sacarlo de casa y facilitar su transporte hasta Aranjuez; solapar herrajes con madera fue todo un rompecabezas al que tuve que enfrentarme con el fin de evitar que ésta no se partiese por la mitad.
Su diseño debía ser lo bastante escueto como para quedar concentrado en tan poco espacio y que además nos cediese el sitio suficiente para poder remar (diseñé un sistema de pedaleo con un timón de dirección, pero me complicaba la construcción y no me dejaba tiempo material, así que cedí a la lógica y opté por los tradicionales remos).
Todo quedó resuelto con un aparente morro incisivo, dos laterales escalonados cuya función, aparte de la decorativa, era la de tapar en la medida de lo posible los bidones; una cresta superior sujetaría los dos ventanales dándole un aspecto bastante impresionante. La parte trasera la compondría unos paneles en decreciente altura para acabar en una aleta. La inexperiencia en estos temas y el visionado de fotos de anteriores participantes me llevó a pensar que posiblemente el agua rebasaría la tabla base, por lo que la solución era evidente, madera en su forma de contrachapado para todas las piezas susceptibles de mojarse. Otra cosa que me preocupó en este punto era la posibilidad de un reblandecimiento de la cola para madera bajo el prolongado efecto del agua, así que la solución fue remachar todas las piezas mediante ángulos de metal o plástico y asegurar de esta forma el aguante.
El resto de la construcción se realizaría en cartón, fácil de conseguir mendigando por locales y comercios, en contenedores de reciclado, o incluso en cubos de basura, como ha sido el caso en alguna ocasión. El cartón conseguido así no cuesta ni un duro, además es fácil y rápido de trabajar, y el resultado suele ser, una vez pintado y eliminada la propaganda de la panadería, del aire acondicionado, o del Decathlon, bastante aparente..
Una vez toda la estructura de columnas y paneles estuvo acabada le llegó el turno a los detalles; una escotilla en forma de puerta cuya manija circular giraba para poder abrirla o cerrarla y así poder acceder al interior del submarino; una convincente escalerilla que teóricamente te llevaba a la parte superior de la nave; unos curiosos ojos de buey para poder mirar a través de ellos como si en un submarino de verdad te encontraras, y unas luces en ambos laterales que si bien no darían luz, si crearían un efecto estético adecuado. Por supuesto no podía faltar el toque llamativo. La fuerte asociación popular Nautilus-Pulpo gigante me llevó a la construcción de “El Vinagreta”, un pulpo que con sus tentáculos abrazaría el fuselaje de nuestro submarino desde su privilegiado asiento de cola… Casi veinte metros de tentáculos, algo realmente llamativo.
Tras una primera quincena de Agosto dedicada a algún que otro viajecito por la geografía española, el día catorce fue cuando se dio el pistoletazo de salida en la construcción de este navío. Puede parecer que veinticinco días dan mucho de sí para estos menesteres, pero lo cierto es que aun dedicándole días enteros (estar de vacaciones es lo que tiene) y acostándome a las cuatro de la mañana como media, llegamos al fin de semana del descenso con más atrasos de los deseados. Gracias a Sonia y a su paciencia, el Vinagreta pudo llegar entero y prácticamente acabado a la cita a la vez que yo iba acabando un par de piezas de cartón y contrachapado que aún faltaban, iba pintando lo que podía y lo que no, que era casi todo, lo dejaba en manos de mi querida sufridora. La noche del viernes al sábado la pasé en vela con el fin de acabar y rematar todo lo posible. Cuando a la mañana siguiente llegó la furgoneta para transportarla al río todo estaba casi preparado, y el desmonte de la plataforma fue lo que más nos retrasó; una pieza lateral de contrachapado era lo único que nos faltaba, algo que en un par de horas como mucho quedaría resuelto una vez el Nautilitus estuviese montado por la tarde.
Pese a no ser muy grande la furgoneta, al final conseguimos meter en ella todas las piezas, no sin algún forzamiento y doblez que tendría fácil arreglo una vez montado todo el conjunto en el río. Cuando llegamos, a eso de las cuatro y media, el Tajo nos esperaba con el resto de embarcaciones ya en su lecho; sólo la nuestra, y “El iglú de Magoo” que llegaría por la noche, faltaban por bautizarse en sus aguas. Debo decir que el recibimiento por los demás participantes fue muy agradable, con nosotros se portaron genial durante todo el proceso y en todo momento me ofrecieron su ayuda, algo que debo agradecer enormemente.
Llegó la hora de descargar, así que entre Sonia, Mª José, Jose y yo desplegamos por la orilla la casi treintena de piezas que conformaban el Nautilitus, y tras eso empezamos el ensamblado de los herrajes y maderas de la base principal…En ese momento empezaron a caer las primeras gotas.
Previsores sí que fuimos y con un plástico de treinta metros cuadrados cubrimos las piezas en espera de que escampase, pero lo que debió ser un pequeño chubasco veraniego se tornó a tormenta tropical en pocos minutos; lluvia torrencial, granizo, viento huracanado… Una rabieta climatológica que duró varias horas y que no dejó de dañar a ninguna de las barcazas que descansaban en el río. Absolutamente todas tuvieron problemas, de hecho muchas eran también de cartón, y todos trabajaron esa noche con menor o mayor dedicación para solucionarlos en la medida de lo posible; la fiesta con que fuimos recibidos se volvió malestar y rabia por el deterioro del trabajo, de meses en algunos casos...
Nuestros problemas no eran muy distintos.
Gracias al plástico algunas piezas pudieron salvarse, sí, pero como lo caído del cielo fue tan intenso no tardó en formarse pequeños riachuelillos que desembocaban en el río… a través de donde teníamos las piezas; absolutamente todas quedaron anegadas y llenas de barro.
En cuanto dejó de llover el tiempo para el descanso había acabado, intentar recuperar todo pieza a pieza y salvar lo máximo posible era el único objetivo; eso, junto a la esperanza de un amanecer soleado que acabase de secar el resto de las piezas era la única solución para que el Nautilitus pudiese navegar al día siguiente. A las cuatro de la mañana, con todas las piezas saneadas ya lo máximo posible y con la plataforma medio montada, el sueño pudo más que el rendimiento y llegó el turno de un reconfortante sueño reparador…
Eso sí, a las siete sonaría de nuevo el reloj pues aún quedaba mucho por hacer.
9 Comentarios:
Flipaaaaaaante esta primera crónica. He disfrutado un montón enterándome de cositas que no sabía. ¡Me encantan los detalles! Y las fotos, requetechulas. Nos hacemos una idea perfectamente de todo, todo, todo. ;-)
Ale, pues nada, ahora a esperar la segunda entrega.
ENHORABUENA!!
Agotadora... no la crónica que como siempre está muy bien escrita, sino el volver a revivir todo ese esfuerzo, trabajo y tormenta.
Lo que espero es que al que escribe esto, le sirva de "exorcismo" y saque todo el cansancio acumulado quedádose por supuesto con la parte gratificante.
Gracias por enlazarme ;-)
Besossss
Pily, la segunda parte de la crónica ya ha sido horneada y se está enfriando, así que no vais a tener que esperar tanto como cuando el Mado. La verdad es que me apetecía contar como fue el proceso de creación ya que mientras éste se llevó a cabo no tenía tiempo ni para escribir; además, lo creía necesario para que se viese el verdadero alcance de los daños de la tormenta del sábado. Por cierto, dile a Adolfo que ya tengo las fotos que hizo, y que en su mayoría están shapó.
Eden, el cansancio va desapareciendo aunque aún queda algo, de todas formas volvemos a enlazar con nuestra vida normal poco a poco (de hecho esta noche nos vamos de concierto, OBK, como no), y lo del enlace no lo hice antes por tiempo, pero sabes que ha sido un placer. Un beso y descansa un poco también tú.
Por cierto, y esto va por las dos, posiblemente utilice algunas de vuestras fotos tanto en mi post como en la web, por aquello de elegir las mejores o las que ilustren mejor lo que digo, no creo que os importe pero os lo comento de todas formas.
Reconozco que ante la adversidad me reí un monton estando encerrada con Mª Jose en la furgo, porque era verdaderamente surrealista.
Ahora una vez pasado es una anecdota mas que contar.
Eso si, en el fondo si no fuera por la ilusion y las ganas de Rafa, no se que hubiera pasado, porque fué desesperante total.
Lo mejor la ilusion y ánimo de este chico, que es lo que hace que no cambie la cerradura (de momento).
Si el proximo no lo hace con mas tiempo, yo me encargo de hundirlo directamente. ;)
Sea por lo que fuese, estuvistes allí, apoyándome, y eso es lo importante.
Y sí, si el próximo proyecto no lo empiezo con más tiempo, dejo que lo apedrees hasta hundirlo.
Estoy por que te quiero y ¡¡¡¡¡TOMO NOTA!!!!!!!
Un placer que selecciones alguna de mis fotos. Recuerda que tengo muchas mas, si quieres verlas, no tienes nada mas que decírmelo.
Besos
Para la web de momento tengo, no de todos los participantes pero segurpo que los mismos de los que tienes tú (estábais todos juntos).
Sonia, yo también te quier un puñao... Por cierto, ¿has tomado nota con ese boli tan chulo que se puede borrar? Simple curiosidad, ya sabes... ¿Y dónde dices que lo has apuntado?
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