jueves, septiembre 13, 2007

Incubator 2007

La tortu pequeña..., aunque ya algo crecidita
Pues sí, al final hemos decidido quedarnos con los huevitos de tortuga.
Después del desconcierto inicial, y de informarnos vía Internet, vía veterinario, nos hemos dado cuenta de que es más normal de lo que creíamos nosotros que uno mismo incube sus huevos tortugueros. Hemos de asumir que es muy poco probable que en esta ocasión tiren para adelante, sobre todo teniendo en cuenta que hasta que nos asentamos los pobres pasaron por tres cacharros, cosa nada buena según todo el mundo pues se deben mover lo menos posible, es más, se deben dejar en la misma posición que en la puesta, cosa que… ejem, no hemos llevado a cabo; no pongáis esa cara que somos novatillos en estas lides.
Como la puesta fue el domingo y estaba todo cerrado, lo primero que hicimos el lunes fue comprar lo necesario para hacer una incubadora casera con ciertas garantías: un tapper grande, un calentador de pecera con termostato, un termómetro… Con todo esto hemos conseguido mantenerlas a una temperatura adecuada, rondando los treinta grados a la altura de la tierra en la que se encuentran, y con cierta humedad, siendo ese precisamente el problema; con un exceso de ésta, los huevos podrían contraer hongos e incluso pudrirse. Pese a tener varios agujeritos el tapper para proporcionar cierta ventilación, a mí me da que la humedad es excesiva, y por eso me tengo que hacer con un higrómetro (un aparato que la mide) para intentar que ésta se mantenga entre un 60 y 70%. Hasta entonces confiemos en que el Incubator 2007 sea adecuado. Tortuguitas no sé si llegaremos a tener, pero que por nosotros no quede. La Incubator 2007 a pleno rendimiento

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2 Comentarios:

At 13 septiembre, 2007 17:06, Blogger Pily B. dijo...

Maaaaaadre mía, ¡¡cómo os lo curráis!! Desde luego como padres, no tenéis precio.

Seguiremos el desaroollo (YUPIIIIIIIIIIII)

Besillos!!

 
At 14 septiembre, 2007 09:35, Blogger Orfideon dijo...

Hija, se hace lo que se puede dentro de nuestras posibilidades caseras. Aparte de lo que ves ya tenemos un higrómetro y la humedad ronda casi la adecuada, además oxigenamos un poco el agua a diario para que no se corrompa y la ventilamos un par de minutejos para evitar que se forme moho... Vamos, cuidados y más cuidados.
Eso sí, como al final nos salgan tortuguitas nos va a dar un alegrón de la leche.
Lo peor: que la eclosión puede coincidir con la Hispacón... ¡Pero sería mucha coincidencia y mucha mala suerte!

 

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