Cinco horas con Mario
El desagüe interior no tiene el honor de ser el primer nombre de este blog, no señor. Si bien su inauguración oficial podría fecharse el 31 de Marzo de 2006, unos días antes ya existía en un, digamos, período de pruebas. El nombre improvisado para tal ocasión, su primer nombre en realidad, fue El cubículo del Barón, como clara referencia al Barón Ashler de Mazinger Z.
¿Por qué uno provisional? Bueno, parece lo más normal si atendemos a esa inseguridad innata en mí, por eso quería practicar antes de ver como me desenvolvería en él, aunque la única sufridora de mis escritos fuese quien más me conoce. De acuerdo, puede que parezca una tontería, pero a mí me sirvió y me ayudó a darme cuenta de que si te lo propones, con bastante frecuencia encuentras algo que contar, algo que te puede parecer una chorrada contarlo en público pues piensas que no le va a importar a nadie lo que digas, lo que hagas o lo que te ocurra, pero algo al fin y al cabo. Por eso aceptas que unos posts pueden conllevar mayor interés que otros, que algunos generarán por lógica un aumento de comentarios y otros, en cambio, pulirán las redondas formas del cero… ¿Y acaso ocurre algo si es así?
En principio esto del blog lo hago principalmente por mí, o eso es lo que creo suponer. Pero a la vez intento ser consciente de quienes me leen, entiéndase por amigos varios, conocidos varios, o incluso alguna alma en pena despistada que aterrice aquí sin darse cuenta.
Tras ver que seguía prolongando crear este blog de manera definitiva, basándome en excusas vacías con las que me quería convencer de lo contrario, el viernes pasado me lancé de cabeza y sin flotador a una piscina que confió en llenar con mis propias vivencias, al menos lo suficiente como para no quedarme clavado en el fondo. Pero, ¿qué provocó que ese día precisamente me diese esa neura que te engaña para hacer cosas que temes hacer?, ¿que yo solito, en la seudo soledad del curro, enfrentándome a mi indecisión, pensase que era el momento adecuado para saltar? Pues algo tan sencillo como dos ¿Locuras? No, locuras parece algo exagerado, más bien dos atrevimientos que tuvimos Sonia y yo esa semana y que de no surgir el desagüe interior quedarían limitados a nuestro único recuerdo.
El primer atrevimiento ocurrió el sábado 25. Un par de días antes el periódico Qué! anunciaba en minúscula reseña una exposición fotográfica sobre Yuri Gagarin, el primer hombre que llegó al espacio. Ésta se llevaba a cabo en Zaragoza, y con la dificultad añadida de que sólo era por las tardes, desde las 18:00 hasta las 21:00. ¿La suerte? Que los sábados abrían. Prácticamente se decidió en el acto. Ese sábado, sin madrugar, montamos en el coche para llegar a la una del mediodía a Zaragoza; a las doce menos cuarto de la noche estábamos de vuelta en Madrid… ¡Sólo por ver unas fotos!
Pero sobre el amigo Yuri ya zanjo el tema pues le tengo reservado un post para él solito.
El segundo atrevimiento que catalizó la decisión tomada y del que me apetecía comentar algo, ocurrió el jueves 30 de marzo; entre el Cubículo y el Desagüe, tierra de nadie, relegado al desconocimiento… Pero ahora tengo un blog, un lugar donde contar aquella experiencia. En fin, que nos fuimos de concierto.
Últimamente, los últimos meses se entiende, hemos decidido vivir nuestra vida en pareja algo más de lo que lo estábamos haciendo últimamente, los últimos años se entiende. No quiero decir con esto que estuviéramos entrando en crisis, para nada, pero la desidia casera, la monotonía y la falta de emociones como que se dejan notar; el cansancio hace su presencia, el estrés doméstico… Vamos, que no había crisis pero sí se precisaba un cambio. Desde entonces salimos más los dos solos los fines de semana, más cines, más cenas fuera de casa, más paseos ciudadanos y, sobre todo, más conciertos.
El del jueves era uno de esos benéficos, una buena causa; la pobreza en el Tercer Mundo. Organizado por Pobreza Cero, actuaron varios grupos y artistas en solitario que a tenor del precio de las entradas debieron hacerlo de manera desinteresada, 5 euritos. A cambio podías ver, mas o menos en este orden, a Iván Ferreiro, Revolver, Ismaello, Kiko Veneno, Antonio Orozco y La Unión. Nuestro interés se centraba principalmente en La Unión, un grupo que nos gusta de siempre y del que también pudimos disfrutar con su nuevo disco de versiones en la sala Galileo, aquí en Madrid. El evento en cuestión se llevó a cabo en el Palacio de los Deportes, Ave Fénix donde los haya, y su comienzo estaba previsto para las 8:30 de la tarde. En esta ocasión decidimos hacer uso del foso y olvidarnos del graderío. Supongo que las ganas de bailar y pasarlo bien nos impulsó a ello, algo así como cuando teníamos quince años menos y nos metíamos en todo el mogollón a brincar y saltar a ritmo del grupo de turno. Rodeados de juventud veinteañera nos compramos una cervecita sin alcohol (no todo es desmelenamiento, que después había que coger el coche), y a esperar.
Tranquilos que no me extenderé en explicar detalladamente lo que fue el concierto, mas que nada porque aprecio a la mayoría de los que lean esto. Pero sí diré que acabamos de África hasta el moño; de pobreza cero, pero cero cero, hasta las narices; de los descansos entre actuaciones hasta la coronilla; y del dolor de pies y piernas hasta los huevos… Menos mal que La Unión, el grupo que clausuró el concierto, tocó cuarenta y cinco minutos, de quince a veinte más que los demás. Revolver salvó los muebles con un aprobado y Antonio Orozco, pese a que no somos precisamente seguidores de él ni conozcamos sus canciones, pasó con nota.
Siento reconocer que en general se nos hizo pesado, aunque el no tener ya veinte años puede llegar a influir. También afecta el hecho de que todas las mañanas el despertador nos pone firme a las seis, o que al llamar a este post Cinco horas con Mario no me refiera precisamente a la novela de Miguel Delibes, sino a lo que compartimos con Mario, Rafa y Luís (La Unión) y demás artistas durante las cinco horas que duró el concierto (desde las 21:00 hasta las 2:00).
Llegamos a casa y nos acostamos cerca de las tres de la madrugada… Pipipipí… Pipipipí… ¡Joder! ¿Ya son las seis?
7 Comentarios:
La unión, la unión, la unión... ya sabes lo que a mí me gustaba (y sí, hablo en pasado porque ahora me parece una caquilla de la vaca) ese grupo. Aun así, hablando en pasado y todo, me hubiera gustado estar allí.
Y una cosa, admiro mucho eso que hacéis ahora (sobre todo teniendo en cuenta que algunas de vuestras locuras tienen lugar en días de diario). ¡Arriba esas relaciones! Perdón, que no era así. Según Nacho Goberna (La Dama se Esconde), era ¡arriba esos corazones! A lo que iba, que me encanta saber que estáis hiperactivándoos para no caer en la monotonía. Cuando tenga a algún incauto a mi lado, recordadme que os pida consejo. ;-)
¡Hombre! Caquilla de la vaca... Piensa que el que tuvo retuvo; además, a nosotros nos trae muy buenos recuerdos personales, y así todo se perdona... ¡La Unión Forever!¡Love Session Ya!
Y una cosa, cuando tengas a un "afortunado" a tu lado, seguro que no necesitas consejos para hiperactivarlo a base de bien; solo por estar a tu lado su sangre se le revolucionará y se almacenará en los lugares menos insospechados.
Enhorabuena Orfideón, por esta iniciativa que me parece muy bonita y muy generosa para todos...eso de compartir experiencias con amigos, conocidos y almas en pena, no creas tú que es algo muy habitual en la sociedad que nos rodea hoy en día, tan temerosa de lo propio.
También reconozco que es muy buena terapia personal. Esto no es un desagüe interior, es una vía hacia el exterior, que te permite sacar todo lo que llevas dentro y además permite a los demás recrearnos con ello.
También hay mucho de aprendizaje: blog, post...¿qué nuevo vocabulario es este tan extraño?? y yo que creía que estaba a la última!!! pobre ignorante...
No me quiero enrollar, soy consciente que tiendo a ello (debe ser cosa de familia), pero quiero reiterar mis felicitaciones por la página y augurarle mucha vida, tanta como la que me inyectaron a mi el mismo día de su inauguración, el 31 de marzo.
Nada menos que 3...vidas...;-)
¡Hombre Edén!¡Cuánto de bueno por aquí! Lo primero darte la bienvenida a este nuevo cosmos que se abre ante nosotros. Eso de compartir retazos de tu propia vida da un poco de miedo al principio, pero una vez superado debes tener en cuenta cuales son los límites que te marcas, y no traspasarlos; alguna intimidad que otra, vale, pero siempre con cabeza, recuerda.
¿Que si sirve como terapia? Al menos te sirve para amueblar mejor la cabeza, ser más ordenado cerebralmente y puede que hasta algo analítico. Aún es pronto para sufrir esa posible metamorfosis, y quien la lleve a cabo tiene mucha labor que realizar conmigo; pero todo se andará.
Por cierto, como inyección de vida no está nada mal... Mucha suerte...
Bueno, pues si os traen recuerdos personales, entonces aceptamos pulpo. :-P
E insisto (a pesar de que me halague tu comentario), incauto, porque visto lo visto (¿pero qué coño tiene una de malo?), es lo que encontraré.
Besillooooos.
PD: Me alegra que más que los comentarios, el número de "comentantes" vaya creciendo. Eso anima muuuucho más a escribir, ¿a que sí?
Pues mira, sí (a lo de los comentantes).
¿Malo? Tú no tienes nada malo. Tienes tu caráter y tu personalidad, sabes lo que quieres en ciertos asuntos de tu vida y eso es bastante distinto a la mayoría de los casos que pasan por lo mismo que tú: se dan a la promiscuidad afectiva enganchando un incauto tras otro... Tranquila, el tuyo llegará, e insisto, será afortunadillo el hombre.
Gracias, "Orfi", supongo que en el fondo llevas razón. ;-)
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